La gran verdad es que... ¡Si, tener esas cosas te hace jugar mejor! Si nos ponemos a analizar claramente, estamos hablando de indumentaria de primera, con años de tecnología aplicada para la mejor “performance” de un jugador y no nos olvidemos del lado anímico que si sumamos lo gratificante que nos hace sentir tener una muy buena ropa y botines apto para nuestros ídolos, más la envidia que nos tendrán nuestros amigos, uno se siente aún mejor.
A la hora de jugar es cuando la realidad vence a nuestro sueño por “knockout”, nos damos cuenta de la cruda verdad y es que no tenemos la gambeta de Messi, ni la habilidad de Kaká, ni la pegada de Ronaldo, y mucho menos la definición de Henry. ¿Entonces que tenemos?...
Pasando en limpio, comprarte cosas no te hace jugar mucho mejor, solo te da un envión anímico más algo de comodidad, que deberías aprovechar, ya que gastaste una buena cantidad de dólares en ese equipo. Y si aun sigues convencido de que encontraras botines mágicos y ganaras el campeonato mundial, te recomiendo que dejes de ver esas películas y salgas a jugar, por que para divertirte solo hace falta tener ganas.
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