¡No entras por que yo lo digo!

. martes, 15 de abril de 2008
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Espero que ninguno de ustedes haya tenido que pasar por una situación así. A pesar de no haber ninguna ley explicita que verifique la existencia del famoso “derecho de admisión”, se aplica como un derecho institucional de los clubes.

Para hablar sin términos tan jurídicos, el derecho de admisión es la capacidad de restringir por algún o sin ningún motivo el paso de una o mas personas al estadio, y otras instalaciones de un club. Análogamente, una persona es dueña de hacer pasar o no a otra a su domicilio sin tener que justificar sus razones.

El propósito que tiene este derecho es de evitar situaciones conflictivas ya que los clubes no gozan de la pena de “vetado” o de expulsión sin alguna causa que sea lo suficientemente importante, como por ejemplo un disturbio en las tribunas, o arrojar objetos a los jugadores (locales o visitantes).

Se le aplica el derecho de admisión a personas que generalmente: están condenadas a prisión y todavía no han sido detenidas, delincuentes, mafiosos, barrabravas de otros clubes, individuos potencialmente peligrosos, entre otros. Piense ¿Te gustaría tener a alguno de estos señores en tu casa? Seguramente no, y si va a la cancha el domingo usted solo o con su familia, tampoco le gustaría estar ahí.

En esto los clubes tienen dos puntos de vista a tener en cuenta, si entra el “no admitido”, primero, se pone en riesgo la integridad física y mental de toda o de al menos una parcialidad del publico, y segundo, muchos de los simpatizantes dejaran de concurrir a los estadios, mermando considerablemente la ventas de entradas.

Haciendo renombre al refrán “el malo no es malo con todos y el bueno no es bueno con todos”, uno no debería esperar que sucedan alguna desgracia en una cancha para revertir la situación, por eso es que el derecho de admisión se utiliza de modo preventivo. Lo que se quiere lograr, es evitar futuros hechos trágicos no permitiendo el ingreso a personas de esta clase.

Esto se pone feo, cuando la utilización del derecho de admisión, se lo considera discriminación. Aquí no hay excusa que sea fiable, negar el ingreso a una persona por vestimenta poco habitual, clase social, contextura física, raza, religión, discapacidad, etc., es discriminar. Utilizar un recurso para prevención de violencia como selección de público, es violar una ley además de ser un acto horrible e inhumano. Por suerte no se conocen muchos de estos casos en particular, pero de que los hay, los hay.

Haciendo resumen, el derecho de admisión no es una ley, es un recurso de prevención, su propósito no es discriminar, sino evitar problemas. Siendo siempre así, debería ser una ley para que los clubes tengan una herramienta legal para realizarlo, pero esperemos que después no se haga abuso de esto. Lo único que queremos todos es ver un espectáculo deportivo en paz.

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